Por Venecia Joaquín

La Junta Central Electoral, JCE, es el organismo responsable de elegir al Presidente de la República, congresistas, a todos los que de una u otra forma toman decisiones trascendentales en la nación. La misión de sus miembros termina cada cuatro años. Actualmente se procede a elegir los que trabajarán del 2016 al 2020.

El Senado designó una Comisión Especial para evaluar los aspirantes a ser miembros y suplentes de la JCE ¡llueven las solicitudes!. Han recibido alrededor de 200. Comenzaron a entrevistarlos.

¿Qué buscan en estas entrevistas? No lo sabemos. Tampoco ellos pueden saberlo. No se ha definido el perfil, las condiciones que deben reunir ni el procedimiento. ¿En base a qué, están evaluando?

Si realmente queremos una JCE desde donde se haga respetar la libre determinación de los pueblos, que permita a la población vivir tranquila y confiada, debemos ser cautelosos al elegir sus miembros.

Necesitamos que sean íntegros, objetivos en sus decisiones, que cuiden la democracia, la justicia social, para que todos tengan igualdad de oportunidades. Deben pensar en el bien común, en institucionalizar la nación y elevar el nivel educativo, cultural y social de la población ¡Urge evitar la dictadura!

En otras palabras, que sean de personalidad fuerte, insobornables, que trabajen con criterios normativos, no personales, para dar a cada quien lo que le corresponde; capaces de detener ¡con coraje! a políticos y poderosos, nacionales y extranjeros, que pretendan cambiar el rumbo de la ley para beneficio grupales.

Muchos consideran que no deben estar afiliados a partidos políticos. Temen a los politiqueros que se fanatizan y hacen del partido un negocio, inclinando la balanza. Otros piensan que no necesariamente, deben ser abogados, conocedores de leyes.

A mi juicio, lo clave es su personalidad. Necesitamos que tengan temple, fuerte personalidad, capaces de defender con valentía el bien común, la democracia, los valores patrios, ¡la soberanía! dándole a cada quien lo que le corresponda. Que aseguren decisiones justas, confiables.

Por tanto, de los aspirantes a ser miembro de la JCE no sólo deben conocer el curriculum ni detenerse en la profesión ni partido político y hacer una entrevista rápida, de apenas quince minutos, deben analizar su trayectoria publica, para apreciar si es “encañadito” si su personalidad esta llena de la firmeza y el coraje necesario para cuidar las libertades, derechos ¡soberanía!

Con esas condiciones, hay muchas personas. Vienen a mi memoria, Mirian German, Aura Celeste Fernández, Castaño Guzmán, Pedro Porrello, Ramón Alburquerque, Esther Angela Casasnova, Andrés Navarro, Cesar Pina Toribio….

¡Oh Dios, ilumina los encargados de elegir los miembros de la JCE!

Venecia Joaquín