POR EL DR. ANGEL CAPUTO ANTONIO|

Maestro de la Medicina Dominicana. Maestro de la Gineco-Obstericia Dominicana y Latinoamericana. Experto Latinoamericano para el Estudio del Climaterio y la Menopausia.

Durante muchos años me ha inquietado el hecho de que el médico, en sentido general, se haya preocupado siempre por curar enfermedades ya establecidas en vez de prevenir enfermedades no existentes.

Siempre he pensado que en ello hay una gran cuota de responsabilidad en aquellos médicos que como yo, nos hemos dedicado a la enseñanza universitaria y por ende a la formación de médicos, y hemos inculcado en nuestros jóvenes estudiantes que el médico es un ser que se forja y se forma con la finalidad de ser un luchador contra la muerte y por ello debe de luchar para retornar en sus pacientes la salud perdida.

Hoy, creo que este es un craso error. ¿Por qué pienso así? Pues sencillamente porque a través del tiempo y con una experiencia acumulada de 40 años en el quehacer médico académico y hospitalario, específicamente en la rama de la Gineco-Obstetricia, he llegado a la conclusión de que este concepto de la curación debe ser revisado, pues desde hace muchísimos años sabemos que es mejor PREVENIR que tener que REMEDIAR y curar es la expresión viva de remediar.

Hemos visto y somos testigos presentes de cómo nuestros hospitales se caen a pedazos. De cómo la indiferencia de quienes dirigen la salud publica constituye el peor obstáculos para el despegue de una salud segura.

Hemos sido testigos mudos de cómo durante más de un año el Colegio Médico Dominicano y las autoridades de Salud Publica discuten discuten y discuten, y el pobre paciente sufre sufre y sufre las consecuencias de quienes se suponen deben ser los soportes principales en donde descansa su salud, tanto físico como mental.

¿Qué es lo lamentable del caso? Pues sencillamente que esto continuará sin solución. ¿Por qué? Porque en este diálogo insincero siempre predominarán las promesas que no se cumplirán jamás.

Por todo lo anterior es que he considerado que en países como el nuestro, enfermarse es prácticamente un pasaporte a la muerte y por tanto se hace necesario inculcar en nuestros médicos y en nuestros pacientes la importancia de la PREVENCION.

Es obligatorio que el médico entienda que hay que dedicarle más tiempo a la consulta médica para comunicar e informar sobre la importancia de prevenir y además, explicar al paciente cuales son las condiciones propias que puedan llevar a una enfermedad y entregarle las herramientas necesarias para que pueda detectar en sus inicios lo que en el mañana podría ser la condicionante de un destino incierto.

Hoy, cuando he pasado de la actividad médica hospitalaria a la actividad médica privada, como consecuencia de una justificada jubilación, he decidido no predicar sino accionar y he iniciado al compás de estos nuevos tiempos, un encomiable proyecto para mis pacientes, que con el lema de “ENVEJECER EN SALUD ES UNA FORMA DE PREVENIR LAS ENFERMEDADES”, proyecto que pretende dar charlas, llevar información, consultas no apresuradas, en fin discusión con personas sanas para que así ellas sean, con conocimientos de causas, responsable de una vida saludable..

Para lo anteriormente señalado, he creado en la clínica Dr. Abel González Sur, una “UNIDAD DE PREVENCION” para la salud de la mujer, unidad que se dedica a la prevención de las enfermedades primarias en la mujer, sin menospreciar en ningún momento la medicina convencional, es decir la que se dedica a la curación, pues la prevención no es óbice para el ejercicio de ésta última.

Como el área que manejamos es la Ginecología y Obstetricia, es obvio, que nuestra unidad está dedicada a la mujer y en ella pretendemos hacer PREVENCION de las enfermedades que puedan involucrarla a ella pero haciendo hincapié que con esto no renunciamos a la medicina curativa pues seria infantil pretender que con la primera desaparecerá la segunda.

Lo que si podemos asegurar es que con esta unidad renunciamos al Gineco_Obstetra clásico, que es aquél que solo descubre la patología pero en innumeras ocasiones no posee las herramientas necesarias para la solución del caso presente y por ende se ve obligado a derivar el problema a otro Gineco_Obstetra que sí está en capacidad de resolver el problema.

Por todo lo anteriormente expuesto hago un llamado de atención a la mujer Dominicana para que entienda que las enfermedades como el Cáncer de Cuello Uterino, Cáncer de Mama, Menopausia, Osteoporosis y Embarazo de Alto Riesgo son prevenibles y por ende curables siempre y cuando sean detectadas en sus etapas iniciales.

Pero para ello es obligado tener un médico que posea las siguientes cualidades: Paciencia, Tiempo para dedicárselo al paciente, Conocimiento y sobre todo, el equipo necesario para conformar una unidad que permita la detección temprana de las patologías que puedan aquejar a la mujer.

Ahora bien, quiero resaltar un pensamiento importante que debe ser una condición sine-qua-non en el médico y es lo siguiente: a pesar de todo el equipo material que posea el médico, él no puede olvidar jamás el importantísimo papel que juega en su función de orientador, guía y conductor de sus pacientes.

Hay que hacer ver al paciente que el médico, además de ser su amigo, es la persona que la escucha, constituyéndose en el soporte principal en donde descansa su salud física y mental, y todo ello como consecuencia de la detección temprana de una patología que puede ser curada en un 100%, en la mayoría de los casos.