Por Emama Valois Vidal|
Hoy, 21 de septiembre de 2014, se conmemora el Día Internacional de la Paz en circunstancias que la humanidad necesita que el porvenir se llene de esperanza, y que el amor florezca como la única alianza para que las naciones alcancen el ideal de la felicidad, y muestren como estandarte la bandera blanca de la paz…
Propicia es la ocasión para que el Consejo Nacional de Mujeres de la República Dominicana, Inc., organización sin fines de lucro, apolítica, fundada en 1947, afiliada al Consejo Internacional de Mujeres y Órgano Consultivo de la ONU, que tiene como principal objetivo trabajar por los derechos de la mujer y equidad de género, el fortalecimiento del núcleo familiar y la cultura de paz en el ámbito local e Internacional, extienda este mensaje de solidario a todos los habitantes del mundo.
Para solicitar con humildad que meditemos en torno a la necesidad y urgencia de que comprendamos el significado verdadero de la paz duradera, como paz-armonía, paz-alianza, para que las naciones convivan en sus territorios con la seguridad de que los odios étnicos, el egoísmo, y el extremismo que traen las ambiciones de poder, sean abolidos por siempre de los corazones de los hombres, para que la buena voluntad impere como buenaventuranza.
Recordemos que el concepto que hoy conocemos de “Cultura de Paz” surge en el seno de la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (UNESCO) hace veinticinco años.
Recordemos que en este 2014 se conmemora el centenario del primer conflicto bélico que a escala mundial llenó de llantos, dolor, angustia, y pérdida de millones de vidas a la faz de la tierra.
La Primera Guerra Mundial con su secuela de grandes sufrimientos y horrores marcó a hombres, mujeres y ancianos, a niños y adolescentes que fueron criaturas inocentes de la dualidad entre el bien y el mal.
Todas las guerras traen en esencia la duda de saber y conocer si la barbarie se puede imponer a la civilización, si la locura aplasta el sentido vertical de la razón, y la lógica del equilibrio entre los fuertes y los débiles, aquellos que son mayormente los afligidos y necesitados de la bondad y la caridad.
Recordemos que la palabra paz en el siglo XXI adquiere un significado global en la dimensión de los Derechos Humanos, siendo éstos los derechos de tener acceso a la educación, salud, alimentación, vivienda, abrigo, y esencialmente una vida digna; siendo, en fin, la paz el origen por siempre de la solidaridad y la tolerancia… para permanecer todos unidos.