Por Venecia Joaquín
RD y Haití son dos naciones que comparten la misma isla, pero son muy diferentes en su estilo de vida y desarrollo económico, social y cultural. La miseria que arropa Haití, es increíble. Debido a la falta de controles efectivos en la frontera, los haitianos la cruzan con facilidad buscando sobrevivir en nuestro territorio. Se dice que tenemos alrededor de dos millones ilegales. El gobierno dominicano para disciplinarlos, estableció un Plan de Regularización.
Miles se sometieron al mismo. Terminó el plazo. Los que no se regularizaron deben retornar a su país. Les han facilitado medios de transporte para el regreso voluntario. Como prefieren permanecer aquí, solicitan nuevas oportunidades, ¡llueven los malos entendidos, confusiones, quejas!, que han expuesto en escenarios internacionales. Ante el despliegue de los mismos, la Organización de Estados Americanos, OEA, envío una misión para valorar la situación.
¿Qué es la OEA? Es una organización internacional creada en 1948 con el objetivo de ser un foro político para la toma de decisiones y el dialogo multinacional. En sus declaraciones dice que trabaja para fortalecer la paz, seguridad y consolidar la democracia, promover derechos humanos, apoyar el desarrollo social y económico, favoreciendo el crecimiento sostenible en América. Busca construir relaciones más fuertes entre las naciones y pueblos del continente.
La OEA tiene 35 países miembros. RD y Haití, están dentro de los fundadores.
Tras el proceso de regularización, en que miles de haitianos ilegales se verán precisados a retornar a su país, todo parece indicar que el gobierno haitiano intenta evitarlo. Retuerce informaciones. Habla de evitar catástrofe humanitaria, deportaciones masivas, de amenaza para la seguridad y estabilidad de su país. Las mismas se despliegan, deformando la imagen de RD.
Expertos de la OEA han llegado a la isla para conversar con los gobiernos y sectores de ambos países. Con las informaciones, dicen que harán un análisis “neutral, objetivo y técnico”, para rendir un informe balanceado y buscar una “solución duradera”.
La OEA sabe que cada nación es libre de actuar, acorde a sus leyes ¡es soberana!. Se supone que sus pasos en el terreno son para recoger evidencias y con ellas en las manos, sentar los gobiernos en la mesa del dialogo, aclarar malos entendidos, promover el respeto y la convivencia pacifica..
Pido a Dios, que las luces de la OEA, no solo se limiten al Plan de Regularización en sí, sino que abarquen un escenario más amplio. En sus investigaciones, comprenderá que RD no esta obligada a cargar con el pueblo haitiano, que no esta cometiendo un pecado al aplicar sus leyes migratoria y proteger su soberanía, que lo ideal es ayudar los haitianos a ser felices en su hábitat.
Espero que las observaciones de la OEA, no solo se limiten a las ramas, que vayan a las raíces. Que en su informe destaquen las consecuencias de los huecos, de la falta de controles efectivos en la frontera, facilitando la entrada de ilegales para beneficiar comerciantes.
Es de esperarse que señalen que el gobierno haitiano, no explota sus recursos, sus riquezas, sus potencialidades. Le resulta más fácil, esgrimir la miseria en que vive la mayoría, para que le lleguen ayudas, dadivas, internacionales o que los indigentes busquen sobrevivir en RD.
Estas observaciones, desde un organismo poderoso como la OEA, serian ¡un tremendo aporte! Dignas de ponderarse, a fin de tomar el verdadero camino hacia el progreso, la paz y armonía entre los pueblos de esta bella isla caribeña.