Por Venecia Joaquín
Si me eligieran legisladora, mi primer proyecto de ley fuera eliminar el Congreso Nacional. Bueno, podría darle una oportunidad y hacerle una reingeniería, reducirlo, hacerlo útil.
¿Qué es el Congreso? Es un órgano bicameral, formado por el Senado y la Cámara de Diputados. Esta compuesto de 222 legisladores: 32 senadores y 190 diputados. Hay países donde solo tienen un organismo, con menos legisladores.
¿Cuál es su misión? Legislar y fiscalizar en representación del pueblo. Disponen de un presupuesto de alrededor de seis mil millones de pesos. Uno de los congresos mas caro de America Latina. Independientemente de asistir o no a sesiones, los senadores tienen un salario de $175,000 pesos mensuales y los diputados de $255,000. Ese no es su fuerte, son los ingresos complementarios.
Disponen de gastos de representación, dietas, plan de ayuda, “barrilito y cofrecito” con millones, exoneraciones de vehículos, gasolina, flota, celulares abiertos, incentivos “por asistir a reuniones y comisiones”, salón de belleza, restaurante para comer y beber, bonificaciones por navidad, gastos de viajes, pasaporte diplomático, sueldo 13, etc.
También tienen cómodas y bien equipadas oficinas, asistentes, secretarias, relacionadores públicos, chóferes, guardianes. Al final del periodo, tienen garantizada pensión de por vida.
¿Trabajan mucho? ¡Claro que si! Tienen el cerebro funcionando todo el día. Sudan, esperando que el partido político le baje la línea o que llegue “el hombre del maletín” para ver si votan a favor o en contra de determinado proyecto. También defendiendo y protegiendo al colega acusado de corrupción o cuestionado.
Además, deben viajar a la provincia ¡Tremendo sacrificio! Ver rostros hambrientos, recordar raíces, dar limosnas, ejecutar actividades aunque de otras instituciones, esto es, operativos médicos, reparar clubes, casitas, iglesias, etc. Es la forma de demostrar que cuidan la población. Además, no usan su sueldo sino el barrilito.
En verdad, trabajan mucho. Apenas tienen alrededor de cinco meses de vacaciones. Se ha calculado que disponen de 48 días en navidad, 17 en Semana Santa y 82 en verano.
Tienen que soportar una población exigente y mal agradecida. Algunos dicen que no hacen nada, que son “sellos gomigrafos” del gobierno, que fomentan la dictadura. Les piden que hagan leyes en pro del bien común, que fiscalicen las que existen, que no se hagan cómplices de actos de corrupción.
Para colmo, quieren que sean talentosos, emprendedores, honestos y con suficiente coraje para enfrentar los males. Ayyy, no, no les pidan tanto.
Han tenido un periodo de trabajo intenso: instalaron la reelección, recibieron personalidades, entregaron reconocimientos, pusieron nombres a edificios, abrazaron y dieron limosnas a pobres, resistieron el pedido de que Loma Miranda sea parque nacional ¡Están agotados! pero aun así… dispuestos a seguir sacrificándose “por el bienestar.