Escribe : Venecia Joaquín
El autobús se desplazaba suavemente desde la ciudad de Moca a la Capital. Los pasajeros en silencio escuchábamos un manantial de música romántica. A través del amplio ventanal, mi mirada se perdía en la espléndida naturaleza salpicada por una ligera llovizna. ¡Que tierra tan fértil, cuantas plantas hermosas!, pensé.
De pronto la voz melodiosa de Cristian Castro invadió el ambiente y penetró en todas las fibras de mí ser. Comenzó a interpretar una de mis canciones favoritas: mi vida sin tu amor.
”Mi vida sin tu amor será, como un camino que no sabe donde va, un recuerdo del pasado, una historia que ha llegado a su final” Y continua “mi vida sin tu amor será la de un amante con un roto corazón, es barco en alta mar sin puerto ni ilusión”. Esos versos despertaron los recuerdos. Cambiaron el escenario. Ya no miraba el paisaje, mi mente voló al pasado.
”Mi vida sin tu amor no es mas, que el crudo invierno de mi soledad, en el silencio de la inmensidad, un alma que no encuentra su lugar”. ¡Esa es la definición!, pensé… Un alma que no encuentra su lugar… Es decir, que anda errante, sin fuerza ni raíces, con sensación de vacío.
“Mi vida sin tu amor no es mas que el tibio abrazo que no volverá”, “como un enigma que no tiene solución”, “una nube que se va”…Oh, Dios, cuantas manera de definir la ausencia de un ser amado que estuvo hospedado en el corazón.
No aguanté más. Me recogí. Cerré los ojos. Dejé volar los pensamientos y que las lágrimas bañaran mis mejillas. Eran lágrimas consoladoras, de las que serenan el espíritu. Hace tiempo que expulsé de mí ser las lágrimas desgarradoras. Cumplieron su misión. Barrieron el dolor y amargura de las bofetadas inesperadas de la vida. Despejaron mi alma. Hoy, solo fluyen las consoladoras. Son refrescantes y tiernas. Brotan cuando intento comprender la humanidad y las huellas que dejan seres queridos en nuestras vidas.
Lo que no entiendo es ¿Por qué esta penita? ¿Por qué este dejo de tristeza tan profunda? “Será la soledad de estar sin ti”, como dice la canción. ¿Será por eso?, Me resisto a pensar que “yo sin tu amor, sin tu amor, no se vivir”. Oh Dios, ¡!que hago con este amor tan necio que no muere!