Por Fiora Cruz Carretero|

Hace unos años se despertó en mi un interés por el estudio de la conducta humana que me llevó a investigar, leer y tomar algunas clases sobre estos temas. En mi búsqueda di a parar en un taller que se llama Relaciones Inteligentes, impartido periódicamente por la reconocida especialista Martha Beato…

En una de las clases, Martha explicaba sobre estudios existentes acerca de unos modelos de ser y actuar llamados “arquetipos”. La Real Academia de la Lengua define los arquetipos como “imágenes o esquemas congénitos con valor simbólico que forman parte del inconsciente colectivo. Una figura que sirve de ejemplar y modelo al entendimiento y a la voluntad humanos”.

El famoso médico psicólogo suizo Carl G. Jung en sus planteamientos sobre el tema decía que “se trata de una pauta de comportamiento instintiva y automática que condiciona nuestra manera de pensar y de actuar”. Son imágenes oníricas o fantasías que tienen cierta relación con temas ancestrales y universales como las religiones, los mitos y las leyendas.

Los arquetipos pueden estar relacionados con aspectos trascendentales para el ser humano y su vida emocional, como el nacimiento, la muerte, la figura de algún dios, el viejo sabio, el padre, la madre, el héroe, el antihéroe etc

Martha Beato nos explicaba una relación entre los dioses griegos y figuras que han marcado la historia de la humanidad hasta nuestros días. Cómo han surgido en distintas épocas personajes que representan esos arquetipos, esas figuras que forman parte del inconsciente colectivo y con las cuales la gente ha encontrado una conexión que los ha llevado a ser seguidos, venerados o admirados.

Por ejemplo, la solemne y majestuosa diosa Hera, legítima esposa de Zeus, Reina de los Dioses, diosa del matrimonio, bien pudiese compararse con la muy amada princesa Diana de Gales. Afrodita, la más bella y sensual de todas las diosas, diosa del amor, perfectamente pudo haber simbolizado para los griegos de la antigüedad lo mismo que Marilyn Monroe para Hollywood hasta el sol de hoy.

Estas ideas tan interesantes me han motivado a hacer evaluaciones y comparaciones en distintos niveles, algunos muy serios y otras no tanto. Con frecuencia me divierto encontrando esos dichosos arquetipos en las estrellas de Hollywood actuales, el Olimpo de nuestros tiempos.

Más allá de eso, he comparando a las diosas griegas con las estrellas femeninas de Hollywood y con las actrices de cine dominicanas encontrando figuras en el 7mo arte de nuestro país que pueden ocupar esos lugares para nuestra sociedad. Comparto con los lectores los resultados de este análisis, recordándoles que mis intenciones en este caso son, más que nada, lúdicas.

Comienzo con mi favorita de todas las diosas: Atenea. Diosa de la sabiduría, la estrategia, las artes, la justicia y la guerra. Su fuerte es el conocimiento. Una mujer con la energía de esta diosa -según los analistas de los arquetipos- es estudiosa y no explota su sensualidad, así como su intelecto.

Pienso que de las estrellas clásicas podrían ser Atenea: Shirley Maclaine, multi-premiada actriz de formación conocida por sus roles en destacados en filmes como Pero…¿Quién Mató A Harry? Y The Apartment o Patricia Neal -Patsy Neal-, actriz también de formación teatral, ganadora del Oscar en el 1963 por la película Hud.

En el Hollywood de hoy, Atenea sería cercana a una Meryl Streep (Kramer vs. Kramer, La Decisión de Sophie, La Dama de Hierro), Susan Sarandon (Thelma y Louise, Stepmon) o Julian More (Far from Heaven, Las Horas).

Desde mi punto de vista, en República Dominicana, esa energía la proyectan actrices de trayectoria y con bases en el teatro como Delta Soto, (Pasaje de Ida, Para vivir o morir) Carlota Carretero (Nueba Yol 3, EL hoyo del diablo) y Karina Noble (Lilís, La Lucha de Ana).

Otra diosa/arquetipo es Artemisa, diosa de la caza. Ella representa a la mujer fuerte de espíritu independiente. La que logra sus propias metas. Es luchadora y pionera. De aquella época clásica, Bette Davis (Cautivo del Deseo, Jezabel, Eva al Desnudo) me recuerda a esta Diosa. Le gustaban los personajes polémicos y por ellos fue premiada en varias ocasiones. Además pionera, ya que fue la primera mujer presidente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas.

Un par de luminarias hollywoodenses actuales como Glen Close (Atracción fatal, 101 dálmatas) y Michelle Pfeiffer (Batman vuelve, Scarface) destacadas por sus personajes fuertes, me transmiten esas características. Artemisas locales lo son para mi, Michelle Rodríguez (Rápido y Furioso) y Laura García Godoy (El Rey de Najayo) que son mujeres a las que les gusta romper esquemas e interpretar personajes de armas tomar.

El siguiente arquetipo en el juego es Hestia, diosa del hogar. Una mujer Hestia es una mujer enfocada en sí misma, intuitiva, con mirada de largo alcance. Transmite paz y es ordenada en su vida privada. De las estrellas clásicas podría elegir a Jean Simmons (Hamlet, Con los ojos cerrados) como una mujer Hestia y de nuestros tiempos a Anne Hathaway (El Diablo se Viste de Prada, Los Miserables) y Reese Witherspoon (Legalmente Rubia, Walk the Line), quienes se proyectan como profesionales enfocadas que manejan su vida privada con relativa discreción, pocos escándalos y respetable estabilidad dentro de la vorágine Hollywoodense.

Creo que una Hestia made in Dominican Republic, es nuestra Evelina Rodríguez (La extraña), quien ha ido creciendo en su carrera sin prisa, pero sin pausa, enfocada y disciplinada. Es también, en general bastante reservada en cuanto a su vida privada.

Pasamos a Deméter, la diosa madre. Era la diosa de las cosechas y los animales de granja. Una mujer con estas vibraciones en su interior es aquella que disfruta dar servicio entregarse a los demás.

Buscando A Deméter entre las actrices clásicas, me inclino hacia Audrey Hepburn (Breakfast at Tiffany’s, My Fair Lady) que, además de bella y talentosa, fue reconocida con la Medalla Presidencial de la Libertad en reconocimiento a su labor como Embajadora de Buena Voluntad de Unicef.

En Hollywood de hoy, pienso en alguien como Susan Sarandon (Step Mom), una actriz de trayectoria y peso que se ha involucrado en causas sociales y también fue nombrada embajadora de buena voluntad de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

De Quisqueya nombro como Deméter a Olga Bucarelli… ¡mamá!, ya que su personaje más conocido en el cine es el de mamá Susana en la famosa película Loto Man. A través de su trabajo como actriz también ha aportado causas sociales y su disposición para la colaboración se traslada al set de filmación y todo proyecto en el que se involucra.

Continúo con Perséfone, la diosa que guía las almas cuando viajan por el inframundo. Una mujer Perséfone es aquella que al crecer guarda algo de niña, es un tanto misteriosa y le interesan los asuntos psíquicos y paranormales.

Inevitablemente, al pensar en este arquetipo me llega a la cabeza Natalie Wood, más que por el tipo de papeles que intrepretó, por su misteriosa muerte. Recordemos que murió ahogada cayendo de su yate The Splendor mientras paseaba por al Isla Catalina y nunca se esclareció si se trató de un asesinato o un suicidio.

Perséfone también me conecta con Winona Ryder (Bram Stoker’s Dracula, Beetlejuice, The House of Spirits, Girl, Interrupted) y Christina Ricci (Sleepy Hollow, La Familia Adams, Casper) que cargan tanto en la realidad como en la ficción esa dosis de misterio que propone la diosa Perséfone. Ya en nuestra tierra, voy notando que a Julietta Rodríguez la escogen para personajes un tanto oscuros, de naturaleza triste o mágico-reales como los que interpretó en la Hija Natural y en Despertar.

Le toca el turno de la diosa más llamativa de todas: Afrodita. Diosa del sexo, el amor y la belleza. Una mujer Afrodita conoce y disfruta su físico y sabe usarlo. Es de gran pasión y muy sensual. Afroditas abundan en la historia del cine, sin embargo, nadie puede discutir que, como ya dije líneas arriba, la mamá de las Afroditas es Marilyn Monroe.

Otras Afroditas son Jane Russell, Marlene Dietrich, Elizabeth Taylor, Rita Hayworth, Kim Novak, entre muchas otras. Es que la época –y la industria cinematográfica en general- se caracteriza por la explotación de estos atributos en las estrellas de cine femeninas.

Este arquetipo me propone con un caso especial: Afrodita también me recuerda a una dominicana que además es una diva del cine clásico… sí, ya adivinaron. María Montez, la reina del tecnicolor. Elegida en su época para hacer personajes exóticos y sensuales como La Mujer Cobra, Noches de Arabia, Alí Babá y los 40 ladrones y Sirenas del Atlántico.

De esta época, pienso en Afrodita y llegan a mi mente un grupo de mujeres que pueden parecer diferentes, pero al final son parecidas en lo que proyectan como Angelina Jolie, Demi Moore, Jennifer López, Halle Berry, Sharon Stone, Scarlet Johansson y decenas de otras más.

En el cine dominicano, mujeres Afrodita pueden ser, a mi juicio, Nashla Bogart (Quién manda?), Celinés Torbio (María Montez) y Georgina Duluc (Noche de Circo, el que mucho abarca), por razones que saltan a la vista y por los papeles que han elegido interpretar en sus carreras en desarrollo.

A pesar de que en las publicaciones sobre los arquetipos no aparece, me surge la necesidad de incluir a Talía en el juego, aunque más que una diosa era una musa. Talía -musa del teatro- era comúnmente representada como una mujer risueña, vivaracha y burlona, que llevaba en las manos una máscara cómica. Sería como una Mae West de aquella época, recordada por sus personajes cargados de ironía y doble sentido como el que interpretó en She Done Him Wrong.

También Talía pueden ser la famosa comediante y actriz Lucille Ball (Mame) y más de estos tiempos, Bette Midler (The rose, for the boys, el club de las divorciadas) o Whoopi Goldberg (El Color Púrpura, Sister Act) y nadie en este país más Talía que la dominicana Cheddy García, esa talentosa mujer capaz de hacer reír y hacer llorar profundamente como lo ha demostrado en sus papeles cómicos (Lotoman, los Súper) y en su dramático y premiado protagónico en La Lucha de Ana.

Para cerrar con broche de oro, invoco a Hera, la reina de los dioses. Sin ánimo de despertar polémica, recordando que esta es una mirada personal e invitando a los lectores a encontrar sus propias diosas entre las estrellas internacionales y locales, elijo a Katherine Hepburn como la Hera del cine clásico. Brillante y hermosa actriz, reconocida con 4 premios de la Academia –Morning Glory, Guess Who’s Coming to Dinner, The Lion in the Winter, On Golden Pond- es realmente un mito del 7mo arte.

Las admirables Charlize Theron (Monster), Cate Blanchett (Blue Jasmine, Elizabeth) y Nicole Kidman (Las horas, Los otros) son, para mi, Heras del nuevo Olimpo.

De nuestro país corono a Zoé Saldaña como la Hera Nacional. Esta joven actriz con sangre dominicana, protagonista de la Maldición del Padre Cardona, ha llegado muy lejos. Hoy en día es considerada una estrella en Hollywood. Además de ser destacada por su belleza latina, ha alcanzado la fama por con importantes roles en películas exitosas y populares de diversos géneros como Avatar, La Terminal, Colombiana, Star Trek, Star Trek: en la oscuridad, Guardianes de la Galaxia y próximamente la veremos interpretando a Nina Simone en el film Nina.

Hasta aquí llegó este juego de diosas, arquetipos, y estrellas de cine. Ya sé que dejé nombres fuera. Ya sé que algunos lectores no estarán de acuerdo con mi selección, pero no olviden que es un juego que propone miles de conexiones combinaciones que variarían de acuerdo a la percepción individual.

Me despido invitándolos a jugar y -si desean- también a profundizar sobre este asunto en temas de mayor repercusión social. Comprobarán que sí hay un círculo de la vida, que, en esencia, la historia se repite una y otra vez y que todo lo que se termina, de alguna manera, vuelve a empezar.