El año que se va y el que viene. Fe, Esperanza y Caridad
Por Francia de Pérez
A horas de recibir el nuevo año 2016, echemos una mirada hacia los acontecimientos del año que se despide 2015, que nos deja una estela de sentimientos que nos llenan de alegría, por un lado, y otros que llegan sin que los busquemos, que hacen aflorar sentimientos de tristeza, aunque temporal, y de impotencia hacia la resolución de lo acontecido.
Adentrándome en el seno familiar, los avatares fueron muchos, solo la energía positiva que emerge de la unión y el amor familiar pueden aplacar la presencia, no deseada, no invitada, de esos momentos conflictivos, desagradables, de necesidad que pueden surgir en una familia en particular. Las familias sustentadas en la “FE ”, en el amor a Dios, reaccionarán y depositarán todo su esfuerzo en reconocer el valor que tiene vivir en un ambiente de respeto a cada uno de los miembros de la familia.
Si analizamos los acontecimientos nacionales, estuvimos cargados de eventos que mostraron la vulnerabilidad de los estamentos que sostienen las bases políticas que gobiernan nuestro país. Debilidades que subsisten a lo interno de cada institución y que tuvieron erupción en éste año 2015, marchitando la esperanza de un nuevo amanecer para muchos de los dominicanos.
Pero los dominicanos somos alegres por naturaleza, buscamos siempre el momento para disfrutar de la vida junto a la familia y junto a los amigos, a pesar de las penurias; por eso somos los más felices en Latinoamérica según la recién encuesta publicada en los medios de comunicación.
La época navideña es la manifestación plena de cómo sin na ni na, la mayoría se la busca para pasarla bien de bien, junto a su familia y así la alegría que traen los aires navideños nos contagian a todos, haciendo énfasis en la esperanza de que de alguna manera las cosas serán diferentes en el año venidero, que nos abre sus brazos diciéndonos “aquí estoy lleno de oportunidades, no las dejen pasar desapercibidas, por que ellas a veces se presentan una vez, para nunca jamás volver”.
El 2016 será un año de luz, un año de cambios, un año, por cierto, de “ESPERANZA”.
En un pueblo cristiano como el dominicano ayudar al prójimo era costumbre natural en tiempos pasados, compartir la comida, llevar el té para aliviar el dolor al vecino o la vecina, cuidar los niños de la amiga, aconsejar al joven, cuidar del anciano, ofrecer una limosna.
La “CARIDAD” , era algo habitual en cada uno de los dominicanos, los tiempos han cambiado y estás virtudes subyacen agonizantes pidiendo ser rescatadas siempre y cuando les abras tu corazón.
Demos la bienvenida a un año nuevo 2016 con FE, ESPERANZA Y CARIDAD, para que nunca dejen de florecer nuevas oportunidades de tener una vida en valor, paz y armonía, en cada hogar dominicano.