Por Yanira Fondeur

En principio, aspiramos convivir con nuestra pareja en un espacio donde reine el amor y el calor humano, constituirnos en un equipo armonioso, de compromisos, complicidad, apoyo mutuo, respeto y sueños compartidos, entre los que está  formar una familia y brindarles a nuestros hijos una educación en valores que les permitan un sano desarrollo.

En fin, concebimos el hogar como un nido de paz, en el cual tengamos la garantía de contar con la seguridad necesaria y la valoración que merecemos como seres humanos con derechos.

Sin embargo, en nuestra querida República Dominicana y en muchas otras naciones del mundo, la casa o vivienda donde residen las parejas continúan siendo un lugar inseguro para las mujeres y niñas, quienes sufren ser las víctimas de los feminicidios y violaciones sexuales.

A esta triste conclusión llegamos a partir de las estadísticas de los feminicidios que recopilamos en la Fundación Vida Sin Violencia.

En lo que va del presente año, 18 de los 25 feminicidios registrados en el país sucedieron en el hogar, es decir un 72% de los casos, en momentos de más vulnerabilidad de las víctimas porque se encontraban con sus hijos e hijas y porque no tenían la posibilidad de ser ayudadas por terceros.

Muchos agresores para poder acceder a las residencias de sus parejas utilizan el recurso de la entrega de la manutención, para que así la mujer acepte recibirlos, entonces allí el hombre machista y violento, que considera a su pareja objeto de su propiedad, culmina la tragedia que marca la vida de ambas familias.

Uno de los casos más dramáticos ocurrido en este mes de julio, lo fue el asesinato de la joven Nairobi Jiménez, de 30 años, en Hato Mayor, a quien su ex pareja con varios registros de otros actos delincuenciales, colocó un tanque de gas en su habitación junto a su hijita de dos años, produciendo una explosión que dio como resultado la muerte de ambas, revelando las autopsias sus asesinatos previos.

Se estima que, mundialmente cada una hora 6 mujeres son asesinadas por su pareja o ex parejas, convirtiendo ese espacio sagrado que debería ser el hogar, en un lugar inseguro para las mujeres o niñas que muchas veces son abusadas por familiares o vecinos.

Así lo consideró la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el pasado año al alertar que “El lugar más peligroso para una mujer es su hogar”.

Recientemente en nuestro país la  Ministra de la Mujer, Janet Camilo, al hacer la presentación de la integración de un patronato para las tres casas de acogida, que operan en el país para proteger a las víctimas de violencia, aseguró que unas 3,301 mujeres y sus hijos han logrado salvarse de un feminicidio en los últimos tres años, por a esas estancias de paso.

Gracias al apoyo de empresarias como Rommy Grullón, Consuelo Despradel, Ana María Peralta, María Luisa Ramírez y otras personas y entidades, se organizaran actividades que permitan la recaudación de fondos para optimizar el servicio de  esos espacios seguros, que representan un hogar temporal, en donde reciben seguimiento psicológico y legal.

Aunque nuestra aspiración es que, ninguna mujer tuviera que recurrir a una casa de acogida, dada la demanda que existe, destacamos que el gobierno esté construyendo otras dos a nivel nacional.

Nuestro compromiso es seguir insistiendo en la prevención de la violencia intrafamiliar y contra la mujer, con la esperanza de que cada hogar sea un nido y fuente de luz, alegría y paz.

La autora es la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia.

@Yanira_Fondeur –  APLATANAONEWS