Por Venecia Joaquín

Nunca he entendido el afán de luchar por la igualdad de género en este país. ¿Qué diferencias pretenden desaparecer?. El hombre y la mujer son seres humanos. A simple vista se distinguen por la contextura física, órganos sexuales. Ella puede ser embarazada, él, no. Las actitudes y acciones de ambos, dependen de su talento, no del sexo.

En naciones democráticas como la nuestra donde tienen las mismas oportunidades, pueden llegar hasta donde le permitan sus habilidades. Naturalmente que la educación, el coraje y los gobiernos juegan un papel importante para el desarrollo de sus potencialidades. .

Preocupa el afán de sembrar en la población, la idea de que la mujer es discriminada. Las barreras sociales son para ambos, son propias del sistema. Duele ver hombres sin trabajo, mal pagados, abandonando el país buscando mejor vida.

Querer presentar, exclusivamente, la mujer como marginada, huele a demagogia, a negocio. De hecho, los ingresos y modo vivendi de muchos de los que participan en esta campaña, dependen de hacerla victima. Crean instituciones, asumen liderazgo, piden presupuesto, “para defenderla”. Las únicas señales de desigualdad son las que envía la creación del Ministerio de la Mujer, las actividades organizada desde la Vice presidencia de la Republica, Progresando con Solidaridad, etc.,

Esos negocios basados en defender la mujer, envuelven miles de millones y beneficia al grupito que lo dirige. Escuché a una funcionaria poderosa y millonaria decir, “todo lo que tengo lo he conseguido defendiendo la mujer”. No me sorprendió.

Todo parece indicar que la llamada lucha por la igual de género persigue tocar sensibilidades, busca el voto de la mujer con fines político y mantener fuentes de trabajo fijo para “sus sacrificados dirigentes”.

Entiendo que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de las Naciones Unidas, ratifique en el mundo la igualdad social, legal, independientemente del género. Los gobiernos deben mantener las puertas abiertas para todos. Aquí, los hombres parecen los discriminados. No hay Ministerio del Hombre. Si abogamos por igualdad, solo deberíamos tener el Ministerio de la Familia.

La recién iniciada campaña “El por ella”, en la que con tanto entusiasmo participa la Vice Presidencia, huele a publicidad, gastos innecesarios. Dice que esta dirigida a eliminar desigualdad de genero; a que los hombres comprendan el papel de la mujer en la sociedad. Pero, ¡por Dios, ellos lo saben!.

Los que viven teorizando en escenarios nacionales e internacionales, empeñados en que veamos los hombres robándole el espacio a la mujer, defienden su fuente de trabajo y recreación.

El gran problema de esta nación es otro. Es la brecha entre ricos y pobres. Concentremos energías y recursos en eliminarla. Aboguemos por el desarrollo armónico, equilibrado. Exijamos educación y fuentes de trabajo para hombres y mujeres.

Me solidarizo con su Santidad, el Papa Francisco, cuando dijo que las mujeres cada día buscamos “construir una sociedad más humana y acogedora”. Al igual que los hombres, lo único que necesitamos son gobernantes y líderes honestos, capaces de trabajar por el bien común.