Por Venecia Joaquín|

Vivir en este país, se ha vuelto insoportable. Es un fango de antivalores: delincuencia, inseguridad, corrupción, impunidad, miseria, inmigrantes ilegales, etc. Cada día, los medios de comunicación, enfocan los mismos males sociales. La novedad es que se agraven. ¿No hay algo positivo?

Deberían destacar el raro fenómeno de alguien contando una linda experiencia, un proyecto exitoso que despierte esperanza, que recuerden aspectos bellos de la vida.

Queremos escuchar de personas capaces de sembrar flores en el fango o de limpiarlo… Confieso que ¡me encantan! las llamadas “visitas sorpresas” Llevan luces y esperanzas donde no la esperan. El Presidente de la República va personalmente, como para asegurarse de que las ayudas llegan, a campos y lugares prácticamente olvidados, para darles soporte económico, a ciudadanos honestos y laboriosos, que sueñan con realizar un proyecto o mejorarlo.

Esa inversión es fuente de trabajo para las comunidades ¡Motiva a buscar comida con el sudor de la frente! La tradición era ayudar ricos y poderosos, confiar en ellos, descuidando los humildes. La iniciativa de apoyar pobres, revoluciona el sistema…..Más aun, si es dentro de un plan nacional de desarrollo.

Urge romper la cadena que aliena y las barreras que impiden la entrada al progreso; urge desplazar los que desde diferentes organismos del Estado, usan los recursos del pueblo para el bienestar personal.

Necesitamos paradigmas que motiven a actuar por buena lid. Dirigentes que combatan las injusticias, las desigualdades, que no sean cómplices de los que se burlan del pueblo.

Con dolor, visualizo mi país como un fango de antivalores, como una cárcel llena de prisioneros, a quienes para ingerir alimentos, les tiran limosnas, tarjetitas, bonos. Preocupa escuchar que van a aumentar estas dádivas. Eso estanca y esclaviza. Prefiero que multipliquen las “visitas sorpresas”. Ellas desarrollan iniciativas y potencialidades ¡liberan!

El pueblo debe exigir sus derechos. Nada de vender su dignidad. No olvidemos, que si cada ciudadano enciende una luz, se iluminará la nación… y si siembra algo, haremos de la sociedad un bello jardín, para el disfrute sano de nuestros hijos.