Por Margarita Vicens de Morales

En sus inicios en Hollywood, uno de lo hechos cuyo impacto fue efectivo en la proyección de la imagen de María Montez a fin de convertirla en estrella de cine consistió en la mención de la entonces novel actriz, en una entrevista que concedió Michael Vargas, en la época cotizado fotógrafo de modelos al programa de televisión de más audiencia en Hollywood sobre cine y consistió en lo siguiente:

Al preguntársele a ese famoso fotógrafo cuáles eran los atributos físicos que debía tener la mujer perfecta respondió:

«Los hombros de María Montez, la cabellera de Maureen O’hara, los ojos de Linda Darnell, los labios de Ann Sheridan, el busto de Rita Hayworth, las manos de Hedy Lammar, y las pantorrillas de Marlene Dietrich».

Es evidente que los atributos físicos de la que fue reconocida como la «Sirena de Hollywood», nuestra María Montez, contribuyeron determinantemente a la obtención de su exitoso estrellato y a que se le conociera mundialmente como la indiscutible «Reina del Tecnicolor».