[Por Francia de Pérez]

Biografía

Salomé Ureña fue una poetiza y pedagoga reverenciada de la República Dominicana, nació en el 1850.  Ella fue una de las figuras centrales de la poesía lírica del siglo XIX y una innovadora en la educación femenina en el país. Salomé se casó con Francisco Henriquez y Carvajal, también reconocido escritor , procreó cuatro hijos : Francisco, Pedro, Max y Camila Henriquez Ureña. Salomé muere en el 1897 enferma de tuberculosis, a los 47 años de edad.

– Salomé Ureña nació en Santo Domingo, República Dominicana el 21 de octubre de 1850. Era hija del abogado y también escritor Nicolás Ureña de Mendoza y Gregoria Díaz de León, quien dio a su hija sus primeras lecciones educativas. A temprana edad, Salomé fue influenciada también por la literatura. Su padre le enseñó las obras clásicas de autores españoles y franceses que ayudaron a la joven Salomé a desarrollar su propia carrera.

Comenzó a escribir sus versos a los quince años de edad, publicando posteriormente sus primeras obras a la edad de diecisiete años y haciéndose conocida por su espontaneidad y ternura. En 1867 publicó sus primeras obras bajo el seudónimo «Herminia», nombre que usó hasta 1874. Mientras iba pasando el tiempo se volvía más trágica y triste con poemas como En horas de angustia o muy patriótica y fuerte en poemas como A La Patria y Ruinas. En los años posteriores incluiría temas de su propia vida en sus poesías, como se puede ver en Mi Pedro (dedicada a su hijo, tal vez su poema más cariñoso), La llegada del invierno, y un libro que se hizo muy popular llamado Esteban, donde habla de su país, su familia, las plantas y flores, y de la propia isla.

Instituto de Señoritas

Alrededor de 1881, Salomé fue animada por su marido para abrir el primer centro de educación superior para mujeres jóvenes en la República Dominicana, lo cual hizo el 3 de noviembre de ese año bajo el nombre de «Instituto de Señoritas». En los próximos cinco años, las primeras seis mujeres se graduaron de maestras en el Instituto, algo poco común en ese momento. Años después de su muerte, el instituto fue bautizado con su nombre.

Poesía El Ave y el Nido

¿Por qué te asustas, ave sencilla?
¿Por qué tus ojos fijas en mí?
Yo no pretendo, pobre avecilla,
llevar tu nido lejos de aquí.

Aquí, en el hueco de piedra dura,
tranquila y sola te vi al pasar,
y traigo flores de la llanura
para que adornes tu libre hogar.

Pero me miras y te estremeces,
y el ala bates con inquietud,
y te adelantas, resuelta, a veces,
con amorosa solicitud.

Porque no sabes hasta qué grado
yo la inocencia sé respetar,
que es, para el alma tierna, sagrado
de tus amores el libre hogar.

¡Pobre avecilla!  Vuelve a tu nido
mientras del prado me alejo yo;
en él mi mano lecho mullido
de hojas y flores te preparó.

Más, si tu tierna prole futura
n duro lecho miro al pasar,
con flores y hojas de la llanura
deja que adorne tu libre hogar.