Para enfrentar situaciones complejas con más fortaleza emocional.

Por Francia de Pérez

Nosotros estamos dentro del grupo de alto riesgo al Covid-19, por nuestra edad, hablo de mí y de mi esposo Ellis; Por eso el hecho de mantenernos separados de nuestros hijos y nietos. Gracias a Whatsapp la distancia se hace más llevadera con la familia, los amigos y amigas, con quienes mantenemos contacto permanente.

Somos personas  «enjovecientes», término que ha acuñado Ellis para definir personas como nosotros que cronológicamente somos personas envejecientes, pero que conservamos un espíritu jovial o juvenil.

Hemos logrado en esta cuarentena obligatoria, primero aceptarla y  luego, adaptarnos a las circunstancias.

Aunque nosotros ya no salimos tanto como antes, siempre hemos disfrutado de nuestra casa, de nuestro hogar.  Hemos seguido la rutina de costumbre, solo hemos agregado, por parte de Ellis, caminar dos veces al día en vez de una por la mañana y ahora dentro del apartamento.

Ellis se mantiene escribiendo su artículo semanal para el Listín Diario, escribiendo sus comentarios y opiniones en Twitter, leyendo cada día, siendo un hábito en su vida, claro,  sin dejar de ver las noticias en la TV y algunas películas en Netflix y por supuesto, hablar con sus amigos y relacionados.

Mi rutina es ligeramente diferente, tengo deberes que realizar en mi hogar, siempre los he hecho a pesar de tener ayuda, la cual conservo, gracias a Dios en este momento. 

Mi agenda es como sigue: Después de levantarme, tomar agua, respirar varias veces, cambiarme con ropa cómoda,  por si hago ejercicio, ya sea caminar o yoga, tratando de hacerlo varias  veces a la semana, desayuno, reviso las noticias, entro a mi PC, chequeo los mensajes del chat, organizo y limpio las áreas en mi casa,  que realizo toda mi vida, porque para mí la organización y la higiene siempre ha sido prioritaria.

Mi madre siempre nos decía que tanto la cocina como la habitación, incluyendo el baño, siempre deben estar limpios y organizados.

Tengo que dar seguimiento también a todo lo que tiene que ver con la  pequeña oficina que tenemos en casa; los archivos, los cuales he aprovechado para revisarlos y eliminar todas aquellas carpetas innecesarias, me tomaron  más de una semana; son siete archivos.

Asisto a Ellis con sus artículos para el Listín, es decir, el me dicta y yo los escribo, y luego él lo revisa y lo envía al periódico.  Llevo una carpeta organizada con todas sus publicaciones en general.

Por otro lado, dentro de mi rutina esta la lectura, casi todas las tardes le dedico un tiempo a la lectura y escuchar música, ambas actividades me relajan muchísimo.

Todo esto aparte de chequear el área de cocina, que no lo hago muy a menudo dado que tengo una ayuda muy afectiva en la persona que trabaja para nosotros y que decidió quedarse aquí y seguir ayudándonos, lo cual agradecemos y compensamos adecuadamente.

Ellis y yo siempre hemos hecho actividades juntas, entre ellas almorzar y cenar, ver TV juntos, conversamos bastante de los temas actuales, etc…  

Le damos gracias a Dios que es una rutina que hace mucho ya la hemos implementado. Muchos otros detalles le doy seguimiento, pero aunque sea así hay detalles que se dejan para después y esos se acumulan y ahora con esta cuarentena podemos dedicar un tiempo para poner en orden esos detalles acumulados. 

Lo importante para mí es que desde que nos casamos hemos dado un lugar preponderante, como pareja, a  estar juntos y disfrutar de nuestra compañía, eso ha hecho que ahora en  esta cuarentena hemos podido sobrellevarla con bastante buen ánimo.

En todo esto lo que en el fondo quiero decir y hacer énfasis, es  lo fundamental de la armonía dentro de una vida en pareja, que permite enfrentar situaciones como ésta con más fortaleza emocional. 

Hoy lo que nos incumbe es cuidarnos, depositar mucha Fe y Esperanza  en que todo pasa y que saldremos airosos en la lucha contra esta pandemia.  Para que sea así debemos: Usar la mascarilla, mantener la distancia, lavarnos las manos con frecuencia  y por supuesto, quedarnos en casa