Por Venecia Joaquín
Debemos delimitar y controlar la frontera entre República Dominicana y Haití; evitar la inmigración ilegal y lo que se deriva de ella. Urge resolver ese problema. AUNQUE UN MURO NO ES LA SOLUCION, NO HAY SOLUCION SIN MURO. Debemos construirlo de concreto. Se trata de dos naciones muy diferentes en lo cultural, económico, político, en la búsqueda del desarrollo integral. La chispa de sus roces, surge por doquier.
En República Dominicana hacen esfuerzos para institucionalizar la nación, producir, sembrar sanos valores, buscando el desarrollo armónico y una infraestructura funcional. Los haitianos son laboriosos, pero la mayoría vive en la miseria, depredando la naturaleza, buscando sobrevivir. Sueñan con cruzar la frontera y entrar a República Dominicana.
Haití no ha tenido gobiernos que lo ayude a levantarse, que fomente la producción e institucionalice la nación; los organismos internacionales teorizan sobre comprensión y ayuda, pero poco hacen en la práctica; las naciones que usufructuaron sus riquezas, tampoco vuelcan ayuda humanitaria en este pueblo, que busca que comer en el bagazo que les dejaron.
Los haitianos han ido filtrándose ilegalmente en la República Dominicana bajo la mirada cómplice de autoridades, quienes para complacer empresarios, militares, negociantes, ponen poco interés en controles efectivos en la frontera, y menos un muro de concreto. Le conviene el negocio
. RD esta invadida de haitianos ilegales. Muchos contratados para trabajar en agricultura, construcción, etc. Hay choques culturales, violencia, sangre, inseguridad por doquier. Algunos empresarios han propuesto un “muro de empresas” en la frontera. Solo piensan en sus negocios y tener cerca, mano de obra barata. ¿Pensar en soberanía? ¡No ombe!
El Presidente Danilo Medina dijo que reforzará la vigilancia “por aire, mar y tierra” . El problema no se resuelve con aparataje, sellando con soldados, lanchas, drones, saltamontes, helicópteros, cámaras, etc. ni fomentando empresas en la frontera. Son gastos innecesarios que fortalecen la mafia, agravan el problema. No resuelven.
Como sucede en cualquier edificio, no basta tener guardianes con escopetas, se necesita la verja que delimite el área, que indique que es privada, que tiene dueño. Eso va a facilitar la labor; evita que entren desconocidos y si entran, alguien va a hacer valer sus derechos.
Abogo por un muro alto entre ambas naciones. Reitero que no hay solución sin muro. Al menos, permite saber de que lado estoy, sin tener que usar como referencia la matita de mango del recodo; hace mas difícil la entrada de ilegales; reducirá los millonarios recursos que mensualmente invierte el gobierno en aparataje; necesitaran menos equipos y guardias en la frontera..
Entiendo que el muro no conviene a negocios personales, pero florecerán los nacionales. Los empresarios pueden abrir sus empresas en Haití. Su intención de estar “ni aquí ni allá” se presta al contrabando. Urge tener aduanas formales, controlando y el muro de concreto con ¡las dos banderas ondeando señoriales!! Indicando paz, respeto mutuo ¡soberanía!